La abuela Lola y su amiga La Catrina
fueron al quirófano, que es de Andrés su oficina:
“¿Ya estás listo para acompañarnos Loaiza?”
“Un momento” – dijo Andrés – lleno de esperanza,
“Necesito tiempo para arreglar un asunto”
“¿Cómo ves? – espetó la flaca - ¿Se lo damos al presunto?
“Por supuesto, - Lola contestó – es mi nieto consentido.
Dale el tiempo que requiera, yo te lo pido.”
Y Andrés dijo: “Sólo deseo unos minutos querida Catrina,
para despedirme de mis hijos, de Vero y de Carolina”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario