sábado, 31 de diciembre de 2011

UN CUENTO PARA LOS DUEÑOS CÓSMICOS DE LA DISTANCIA Y DEL TIEMPO...

     Cursaba el año 1541 DBG (siglas de después de Bill Gates, año 3496 DC). El mundo ya había pasado por múltiples cataclismos tanto naturales como artificiales y se había conseguido un equilibrio biopsicosocial. Las fronteras no existían, ya que era un mundo totalmente globalizado, sin embargo los sitios geográficos conservaban sus nombres ancestrales. La raza humana había alcanzado un desarrollo cerebral cercano al 90% y los antes llamados “efectos paranormales” sólo eran una faceta más del amplísimo conocimiento psicocerebral.  La secuencia del ADN contenida en los 23 pares de cromosomas del núcleo de cada célula humana, conocida como genoma humano, descrita en tiempos inmemoriales, había traído como consecuencia la ausencia total de enfermedades, motivo por el cual la reproducción humana estaba solamente limitada a experimentos científicos en aras de alcanzar el 10% del desarrollo cerebral humano que faltaba por descubrir.   El mundo se encontraba poblado por seres humanos con características magistrales que habían hecho de los dioses y sus cultos un mito prosaico que se encontraba en el olvido.  La muerte era un acto de autodestrucción  que se llevaba a cabo en los laboratorios de Crecriación Genómica Humana.  La decisión de vivir o morir dependía de la voluntad de los seres humanos, siempre y cuando no se afectara el equilibrio mundial.   Se comunicaban a través de sus pensamientos; las distancias no existían ya que las máquinas de tele-transportación de materia las acortaban y las noticias se difundían mediante periódicos holográficos. 
     El Dr. Xavér Antón María que trabajaba como Jefe Magnánimo en el laboratorio de Crecriación Genómica Humana de Budapest, se encontraba absorto en la lectura del periódico holográfico exclusivo del área genómica, cuando una noticia llamó fuertemente su atención: un ser humano había muerto de manera inexplicable en la Ciudad de México. La noticia se envió a todos los Jefes en todos los laboratorios de Crecriación Genómica Humana del mundo como un secreto máximo hasta su total esclarecimiento.  De inmediato se realizó una junta en la Ciudad de México con la finalidad de dilucidar tan desconcertante suceso. La Dra. Carmen Mancilla, Jefe Magnánima del laboratorio de Crecriación Genómica Humana de la Ciudad de México y amiga intelectual del Dr. Antón, lo recibió en la máquina de tele-transportación y le comentó que la mujer muerta se trataba de la bióloga genómica Liliana Soto, encargada del laboratorio de Crecriación Genómica Botánica. Inicialmente, Liliana había presentado aumento súbito de los niveles de actividad motriz y cognitiva, con reforzamiento de la vigilia que la había llevado a un estado de alerta permanente, presentándose posteriormente convulsiones tónico clónicas generalizadas y múltiples hemorragias. Ésto de por sí  era poco entendible, ya que hacía por lo menos 1000 años que no ocurría, por lo que los términos y su explicación no quedaban claros, y se tuvo que recurrir a la búsqueda en archivos ancestrales guardados en cápsulas especiales en el centro de la Tierra.  Sin embargo había algo más desconcertante aún, al realizar la necropsia de la paciente se encontró que su sangre estaba contaminada con una sustancia verde de consistencia viscosa y olor acre. Al realizar los estudios bioquímicos se observó la presencia de tuyona que es el principio activo de la Artemisia absinthium, planta utilizada en tiempos pre Gates para la realización de una bebida embriagante de alto contenido etílico conocida como Ajenjo, la cual tiene una acción analéptica y convulsivante.  La Dra. Carmen Mancilla presupuso que se trataba de una intoxicación por dicha sustancia, sobretodo teniendo en cuenta que Liliana trabajaba con plantas.  Sin embargo la hemorragia continuaba sin explicación.  Además comenzaban a presentarse de manera exponencial casos de este mismo padecimiento en diferentes partes del planeta, provocándose una epidemia mundial.  Los pacientes que sobrevivían al ataque inicial eran estudiados en los laboratorios de Crecriación, sin grandes adelantos: los tiempos de coagulación, las plaquetas, los factores procoagulantes, así como múltiples estudios inmunológicos no revelaban ningún padecimiento compatible con los encontrados en los archivos ancestrales.   El Dr. Antón, quien realizaba encuestas a los sobrevivientes, se percató que su coeficiente intelectual había disminuido notoriamente y que presentaban datos compatibles con la presencia de sentimientos.  Los sentimientos eran el resultado de una emoción, a través de los cuales, los humanos tenían acceso al estado anímico propio. Estas emociones conscientes fueron las causantes de múltiples holocaustos en el pasado, por lo que se decidió su erradicación del cerebro humano, hacía ya varios siglos, mediante la manipulación genómica.  El Dr. Antón comentó sus descubrimientos con la Dra. Mancilla y ésta inició un estudio más profundo de la antigua psique de los humanos antes y al inicio de la era Gates. La Dra. Mancilla recurrió a los archivos ancestrales y haciendo uso de  sus vastos conocimientos de ingeniería cerebral podría observar a través del proyector holográfico, mediante sus pensamientos, el acervo cultural contenido en dichos archivos.  Sus pesquisas se encaminaron a los conocimientos sobre los sentimientos humanos descritos en el Instituto Químico de Sarriá, en Barcelona, que hasta el año 29 DBG fue dirigido por “La Compañía de Jesús”, una mitológica secta, cuyos orígenes databan del año 421 ABG.  Si bien La Compañía de Jesús la fundó San Ignacio de Loyola, su pensamiento se enfocó en un personaje que fue su mejor amigo y más ferviente colaborador, San Francisco de Javier, originario de Navarra, que inició múltiples viajes para lograr lo que se conocía en ese entonces como “evangelización”.  San Francisco de Javier fue un ideal a seguir como misionero en tierra pagana, este hecho lo rodeó de múltiples mitos propios de la ignorancia de la época. La Dra. Mancilla no entendía porque llamaba tanto su atención San Francisco de Javier ni como era posible que sus propios pensamientos se salieran de su voluntad, recreando imágenes que realmente no tenían importancia para su investigación y sólo la hacían perder el tiempo.  De pronto no sabía hacia donde dirigir su investigación; el estudio de los sentimientos que de manera insensata la habían llevado a San Francisco de Javier, le causó agobio.  Buscaría algo acerca del ajenjo, súbitamente se le ocurrió pensar en ajenjo / Javier y apareció en el buscador holográfico la figura de un hombre muy atractivo cuya edad no pudo determinar, tenía el cabello largo y ensortijado, la mirada perdida y un desconcertante parecido con San Francisco de Javier, se encontraba sentado en un banco antiguo sosteniendo con la mano derecha una copa de ajenjo y con la izquierda lo que parecía ser una guitarra acústica, vestía una chamarra de mezclilla desgarbada donde se podía leer la palabra "Jasso"; atrás de él, se encontraba una sombra negra que no correspondía a su figura, parecía la de una mujer. El holograma se encontraba estático como correspondía a las imágenes de los tiempos ancestrales, sin embargo, de pronto la imagen de Jasso acercó la copa de ajenjo a su boca y la sombra negra lo cubrió en su totalidad.    El Dr. Antón entró a la cámara de proyección holográfica en ese momento y la sensación fue inexplicable, sus sentidos se agudizaron y se percató de que lo envolvía una oleada de instintos animales básicos, no sólo a él, sino también a la Dra. Mancilla.  El Dr. Antón y la Dra. Mancilla, que para ese momento ya sólo eran Xavér y Carmen, se acercaron demasiado para lo permitido; su mano, la de él, tocó sus labios; sus labios, los de ella, se perdieron extasiados al contacto y ambos se fundieron en un profundo beso que evocaba la sensualidad más abyecta, era el despertar de sentidos y sentimientos que formaban parte de la naturaleza humana, que a través que la manipulación genómica se mantenían ocultos, pero tan sólo con el tacto de una piel desnuda revivían avasallando el pensamiento de ambos y logrando la destrucción total de siglos de ingeniería genética.  Ese deseo sexual primitivo era un virus capaz de destruir todo lo creado por el hombre hasta ese momento….pero nada importaba ya, sólo la luz que se desprendía de la conjunción de sus miradas, sólo el calor que emanaba de la fusión de sus cuerpos, sólo el placer que escapaba de sus gargantas mediante sonidos guturales indescifrables.  Sus emociones continuaban dando órdenes al proyector holográfico, del cual emanaba un líquido viscoso en tonos carmín y verde, que penetró sus cuerpos y les restauró el alma….y así, a través de ellos, Carmille y Jasso lograron, una vez más, la unión sensual que durante tantos milenios habían buscado, consumando nuevamente ese amor que no cesó, cesa ni cesará con la distancia ni con el tiempo...


2 comentarios:

  1. Perdón si alguien lo leyó antes de las correciones, suelo equivocarme eternamente...
    Carmille.

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  2. "correcciones" estoy en lo dicho!!!! jajaja

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